El arquero de Libertad le contuvo un penal a Enrique Blanco en el segundo tiempo. Nazareno Romero y José Lincopán anotaron para Rosario y Libertad en el Manuel Manzano.
"¿El penal? Fue pura intuición, jajaja. No estaba de acuerdo con la sanción porque yo no voy a golpear al delantero; salí firme con el puño a rechazar y él (por Nungeser) se anticipó. Para mi no era penal, pero bueno lo pude atajar", dijo Thomás Becerra.
El arquero de Libertad evitó la caída de su arco con el partido igualado en un tanto. Fue a los 12 minutos del complemento, cuando el árbitro Marcos Gómez, de buen cometido, sancionó la pena máxima por un golpe con el antebrazo izquierdo del "1" sobre Alan Nungeser, quien le había ganado la posición a Agustín Paredes -la pelota picó antes y sobró al defensor- para llegar un segundo antes, en el salto, tras un largo pelotazo de Julián Pérez.
La pelota no ingresó al arco, pero Gómez acertó en el penal, porque el contacto existió y el "9" ya no pudo seguir mucho más en cancha.
El que no tuvo la misma fortuna fue Enrique Blanco: remate débil y anunciado contra el palo izquierdo, lugar que adivinó Becerra para reparar su error.
En líneas generales el partido fue intenso en el primer tiempo, donde hubo tres llegadas por bando -entre ellas un balón que se estrelló en el horizontal tras un cabezazo de Sabatini- y dos goles.
El elenco puntaltense pegó primero. A los 26 minutos, una infracción sobre Blanco, el tiro libre que ejecuta el autor de la falta, un rebote en la barrera y Nazareno Romero, que encuentra un balón picando de frente para vence de zurda la resistencia de Becerra.
Y la reacción llegó a los 35, cuando el árbitro se apoyó en el asistente 1 (Ezequiel Bossio), quien cobró una mano de Enzo Paredes en cruce sobre el lateral izquierdo, cuando se aprestaba a desbordar Cuitiño.
El ex jugador de Sporting apuró las acciones, el fondo de Rosario durmió por las protestas y José Lincopán, entrando a la carrera, clavó un frentazo letal para el 1-1.
Fuente: La Nueva